T’sao Chan, suele guardar silencio y apuntar todo lo que pasa a su alrededor. Cuando se le pregunta que por qué o para qué toma tantas notas, dice que le gusta mezclar, difundir y compartir las peculiaridades de las personas que creen que el mundo tiene fronteras físicas, políticas o culturales, porque nada le agrada más que derrumbar las únicas fronteras que apartaban a los humanos unos de otros: las fronteras mentales. La Luz viene de Oriente, conocerse a sí mismo es conocer a los demás, lo mismo que amarse, perdonarse y enriquecerse interiormente, y mientras estemos en este mundo, que puede parecer terrible en muchos aspectos, siempre hay la posibilidad y la oportunidad de dar el paso hacia una humanidad mejor. ¿La sabiduría tiene puntos cardinales específicos? T’sao Chan piensa que no, y pretende que quien lea sus textos amplíe la magnitud de su conciencia y así lo comprenda, uniendo las cuatro partes del mundo en un mismo sendero, el del conocimiento. Cuando usted lea este libro podrá evaluar si T’sao Chan logra su propósito completa o parcialmente, porque, de una o de otra manera, su lectura no puede dejar a nadie indiferente.