Una herencia inesperada da a la familia de Greg Heffley la oportunidad de reformar su casa. Pero pronto averiguan que hacer obras no es tan sencillo como parecía. Una vez derribados los tabiques, surgen los problemas: maderas podridas, mohos tóxicos, bichos desagradables y algo todavía más siniestro hacen que Greg y su familia se pregunten si tanto embrollo compensa. Cuando por fin terminan las obras, ¿podrán los Heffley quedarse en la ciudad... o deberán abandonarla?
¡Buenas, chiribiquis! Aquí os traigo una selección de mis chistes favoritos de todos los que he ido aprendiendo durante este tiempo. Con algunos os reiréis a carcajadas y con otros os darán ganas de tirarme tomates…, pero espero que los disfrutéis tanto como yo. En esta recopilación tenéis para todos los gustos: sobre mamás y papás y sobre médicos; chistes cortos y chistes largos; chistes de animales y de policías y ladrones… Podéis proponerles un reto a vuestros amigos y jugar con ellos a «Si te ríes, pierdes». Con estos chistes, se lo pondréis muy difícil, pero… ¿seréis capaces de aguantar las carcajadas y superarlo?
¿Se puede soñar con los ojos abiertos? se puede soñar con los ojos abiertos y también hacer realidad aquello con lo que soñamos. Este libro te invita a que cumplas tus sueños, sean cuales sean: montar en bicicleta, trabajar en un laboratorio, vivir en el campo, ser pianista En esta divertida aventura, el protagonista eres tú: te conocerás mejor a ti mismo y averiguarás cómo alcanzar esos sueños que deseas realizar. En este hermoso empeño, te acompañarán las historias de 28 personajes reales que, durante la infancia, tuvieron su gran sueño: explorar el espacio (Valentina Tereshkova), inventar artefactos (Nikola Tesla) Abre bien los ojos y disfruta de tus sueños.
Cuando Greg y su familia se echan a la carretera para cruzar el país e ir de camping, están preparados para disfrutar de la aventura de sus vidas. Pero no todo sale como estaba previsto y acaban en un aparcamiento de caravanas que no es exactamente un paraíso para veraneantes. Cuando menos se lo esperan, los cielos se abren y empieza a llover a cántaros. Entonces los Heffley se plantean si todavía están a tiempo de salvar sus vacaciones o si ya están con el agua al cuello.