Esta selección de su poesía toma amo base los tres libros editados vida de la autora: El libro blanco (1907), Los cantos de la mañana (1910), Los cálices vacíos (1913), algunos poemas iniciales y otros póstumos. Quiere ser una invitación al riesgo de recorrer este mundo denso, complejo, deslumbrante construido por una muchacha, una mujer, en los inicios de este siglo que se cerró.
CONTENIDO: - El autor y su obra. - Una vida signada por la tragedia. - Sus primeros libros. - Palabras del amigo sobre la primera edición de Los arrecifes de coral. - La selva. Misiones y el Chaco. - Cuentos y más cuentos. - Bibliografía. - Cuentos de la selva. - El loro pelado. - El paso del Yabebirí. - Historia de dos cachorros de coati y de dos cachorros de hombre. - La abeja haragana. - La gama ciega. - La guerra de los yacarés. - Las medias de los flamencos. - La tortuga gigante.
En absoluta clave marosiana el libro incluye entre las reseñas, entrevistas y prólogos, biografías de Felisberto Hernández, Idea Vilariño, Juana de Ibarbourou, Roberto Echavarren y Silvina Ocampo, entre otros. Otras vidas reúne perfiles biográficos, entrevistas, prólogos y reseñas que Marosa di Giorgio escribió durante las últimas décadas de su vida y en donde da cuenta de su cosmos literario, con sus planetas, estrellas y cometas. En estos textos la poeta habla de sus fuentes, de sus colegas, de los libros que le gustaban, de sus amigas, de su mundo. Escribe sobre escritoras (y algunos escritores) fundamentalmente uruguayas (aunque también de otras latitudes), que en conjunto conforman el bellísimo parnaso marosiano.
Ignacio Martínez, uno de los periodistas culturales más serios de su generación, se aboca al análisis de Otra navidad en las trincheras, uno de los discos más vendidos en la historia de la música uruguaya. A lo largo de sus páginas, el autor escruta minuciosamente ese álbum que logró que la música del Cuarteto alcanzara una distribución masiva. Con paciencia y rigor, comenta tanto los aspectos musicales como líricos de cada una de las canciones y las ubica en un marco más amplio: el que conforman los otros discos de la banda. Con la ayuda de una serie de entrevistas a sus miembros y apoyado en la lectura crítica de algunas publicaciones de la época en que se editó, Martínez ofrece un análisis detallado del disco, que incluye una reflexión sobre los cambios de clima que se han producido, tanto en el contexto de producción como en el de recepción, en el país en los últimos años.
La obra, transcurre en la época actual y en ella dos chicos de 15 a 16 años, que estudian en Montevideo, van de vacaciones al campo y encuentran rastros y pistas que datan del siglo XIX y que los llevan, descifrando claves, a una fascinante aventura donde se entremezclan el folclore mágico del Uruguay, una curandera, bandidos, leyendas y por supuesto, un tesoro.
Una bicicleta, una revista literaria, el consistorio del Gay Saber, una pistola que cargo el Diablo. Su Salto natal, un viaje a París, Montevideo, Buenos Aires, El Chaco y Misiones, una sucesión de tragedias y la pasión por la literatura, la fotografía, el cine, la selva, los experimentos científicos, las herramientas. "15 cuentos y un decálogo" es una muestra posible de todo lo que fue Horacio Quiroga.
En 1967, un jovencísimo Eduardo Galeano emprendió un viaje que marcaría su carrera como periodista y su sensibilidad política para siempre: pasó varios meses en Guatemala con el objetivo de entrevistar a los líderes de los dos grupos guerrilleros –las FAR y el MR 13– que desafiaban a la élite político-militar en el poder desde 1954, cuando el derrocamiento del presidente Jacobo Árbenz Guzmán había transparentado de manera inequívoca y brutal el intervencionismo estadounidense en América Latina. Este libro –que Siglo XXI rescata más de cincuenta años después de su publicación original– es el relato de aquella experiencia, una crónica periodística fascinante que anticipa el estilo que luego consagraría a Galeano, y a la vez un riguroso análisis político internacional que, en conjunto, subrayan la idea central del autor: Guatemala fue en aquellos años de Guerra Fría el laboratorio de la barbarie y la violencia que en la década del setenta se extendería por todo el continente. La edición que presentamos –enriquecida con textos de especialistas que reponen aquel contexto político y su lugar en la obra de Galeano– permite acompañar al autor mientras comparte las condiciones de vida y riesgos de los guerrilleros y así regresar a un tiempo en el que era posible pensar la revolución como una salida. Mientras tanto, el lector contemporáneo puede encontrar en ese entonces ecos de las turbulencias e inestabilidad política que hoy se empeñan en regresar a nuestra región. “Guatemala es el rostro, torpemente enmascarado, de toda Latinoamérica, la faz que exhibe el sufrimiento y la esperanza de estas tierras despojadas de sus riquezas y del derecho a elegir su destino”, escribió Galeano en esta obra, que de varias maneras es un antecedente directo de Las venas abiertas de América Latina. Galeano no abandonó nunca su cariño entrañable por aquel país que le transmitió, de una vez y para siempre, “toda una vibración de hermosura y de misterio”. En una evocación de tradiciones y gente de Guatemala trabajaba cuando murió, en abril de 2015.
En 1965, un grupo de comandos israelíes se infiltró clandestinamente en Uruguay con la misión de ejecutar a Herberts Cukurs, un antiguo criminal de guerra nazi. Lo hicieron de manera tan brutal que el mundo sintió un escalofrío. ¿Quiénes eran los asesinos? ¿Cómo se llamaban sus cómplices locales? ¿Por qué muchos consideran a la víctima un héroe y no un criminal despiadado? Fernando Butazzoni escribe sin contemplaciones. Están los nombres y apellidos de aquellos comandos, sus historias, sus vidas y sus muertes. También se revela la identidad de sus colaboradores en Montevideo, y se responde a la duda terrible que aún hoy es motivo de polémica en muchos países: ¿es posible que los comandos del Mosad hayan matado al hombre equivocado? Los que nunca olvidarán es un campo de batalla entre la verdad y la mentira. Se trata de una lucha por la integridad de la memoria. Seis décadas después de ocurrido, aquel crimen es el disparador que mueve el engranaje de una minuciosa investigación, contada con el pulso narrativo de un reportaje y la serena reflexión de una novela moral.
Salvador encara esta obra con inquieta curiosidad, claros fundamentos y gran valentía en las preguntas que guían al lector por situaciones y desafíos de estos tiempos, que además son propias de un filósofo contemporáneo. En una época de tantas afirmaciones y máximas no solicitadas, de abundancia de información y escasa reflexión, en la que la tecnología nos hace tanto más libres como más condicionados, este libro nos hace pensar, reflexionar y cuestionar. Interrogantes que son llaves a laberintos, reflexiones como pistas y quien lee, artífice de las conclusiones.
Milo Buriel, un acomplejado adolescente de dieciséis años, se muda junto a su madre al tranquilo pueblo de Cabo Frío, ubicado en las costas del sur de Uruguay. Allí, sufre de la vida del recién llegado: solo, sin amigos, y víctima frecuente del bullying en la escuela. Sin embargo, su vida cambia cuando un día se encuentra con una mansión abandonada en medio del bosque. La visión de aquella enorme y magnifica mole -la mansión Drayton- lo obsesiona a tal punto que sueña todas las noches con ella. Convence al único amigo que a conseguido hacer, el extrovertido David Ackerman, a visitarla durante una tarde. Los chicos entran a la vieja y mohosa casa, y a partir de este hecho, sus existencias se verán alteradas de una forma inimaginable. Las más aterradoras leyendas cobrarán vida; los chicos han abierto un portal prohibido mediante un poderoso y arcano amuleto, El Símbolo de la Muerte, y deberán arriesgar sus vidas para detenerlo.
Esta es una novela de autoexploración. El personaje, en la mitad del camino de su vida, se halla repentinamente perdido. La convivencia se ha vuelto insoportable. Montevideo, un lugar insólito. El único libro que publicó lo atormenta. Resulta imperioso liberarse, y eso lo conduce al desenfreno. Ninguna experiencia cura del todo, pero cada una redime hasta cierto punto. Nos adentramos, pues, en un sinnúmero de aventuras sexuales, aunque también en la solitaria tarea del escritor protagonista que anhela encontrar su voz. A entre las mujeres y la literatura, sirviéndose de un ritmo dinámico y exquisitamente logrado que alterna frases imprevistas con escenas que perduran en la retina, el narrador despliega esta inexorable búsqueda. Las imágenes proliferan: el Cordón, un boliche en Treinta y Tres, cierta italiana cuyos pies desnudos quitan el aliento. Hay más, mucho más, y uno no quiere detenerse por nada del mundo. La historia emerge como la partitura de un pianista loco, como un sueño olvidado. Al final, lo que queda, es la música que sobrevuela el conjunto, una melodía que nos acompañará mucho después de que cerremos el libro y lo hayamos puesto en un estante.
El orbe ficcional de ‘Reina Amelia’ se rige por sus propias leyes. Existe allí una organización política heterodoxa, una industria primitiva que fabrica hongos (comestibles, orgiásticos y alucinógenos), un orden sexual que mezcla edades y reinos diversos, y un sistema penal donde una niña hipersexuada termina en la cruz. Marosa di Giorgio es una de las escritoras más importantes de la literatura uruguaya. Su voz peculiar, su extraño e incandescente universo, la han transformado en una poeta de culto en toda Hispanoamérica.
La ciudad soñada por Piria fue construida gracias a su tesón, una férrea voluntad y una inmensa fortuna. Depositario del legado de los antiguos caballeros templarios a través de una temprana enseñanza con los jesuitas de Italia, dejó regados en la ciudad infinidad de símbolos provenientes de las más antiguas tradiciones orientales y occidentales, marcando lugares de poder que existen desde la noche de los tiempos, donde una prodigiosa energía es capaz de hacernos lograr las mayores trasmutaciones. Árboles de la cábala, diagramados en los diseños de las calles y plazas, castillos, catedrales abandonadas, extrañas estatuas con mensajes encriptados, portales dimensionales, brújulas que enloquecen# son algunos de los misterios que encontraremos en Piriápolis. Todo ello guardado como invalorable tesoro en un cofre de cerros, lujuriosa vegetación, doradas arenas y un mar siempre cambiante. Este libro comienza siendo un paseo tradicional de turistas curiosos, incluidas máquinas fotográficas y filmadoras, pero a medida que transcurre se convierte en un verdadero camino donde, a través de la energía proveniente del símbolo y de los enclaves de poder, descubren que gran parte de la Verdad está repartida en Piriápolis, como los cristales de colores que forman los vitrales de las catedrales góticas. Un verdadero camino iniciático, el descubrimiento de nuestra propia verdad.
La autora de Amores cimarrones. Las mujeres de Artigas y de La tierra alucinada. Memorias de una china cuartelera recrea en esta oportunidad la muerte de algunos personajes de la historia uruguaya, con perfecta maestría. Cuentos de mala muerte es un recorrido singular con estaciones en variadas personalidades de nuestra historia: un escribiente retirado y una doméstica nos relatan los últimos años de José Artigas en Paraguay. Una esclava de catorce años se topa con el fantasma de Juan Antonio Lavalleja. Un bolichero viejo le relata a su hijo la agonía de Fructuoso Rivera, en un rancho de Melo perdido entre yuyales, a orillas del Arroyo Conventos. La peona Rudecinda Chávez, de estricta existencia histórica (olvidada sin embargo, hasta ahora, por los investigadores) cargará los revólveres del matrero Martín Aquino, durante esa última noche en que fuera jaqueado por la policía. Un sobreviviente de Salsipuedes se confiesa en su lecho de muerte ante la joven patrona de la estancia, al mejor estilo de un asesino serial. Una mujer despechada, una madre cruel y sobreprotectora y un espía ciego, nos transportarán a la tarde fatídica en que Venancio Flores y Bernardo Berro mueren asesinados, casi a la misma hora y en similares circunstancias. Un ingeniero inválido, protagonista de la Revolución de Quebracho, será testigo indirecto del intento de asesinato de Máximo Santos, y se verá envuelto en una trama marcada por el amor, el odio y el resentimiento. Martina Silva, peona de la estancia La Ternera, emerge de las sombras para contarnos cómo y por qué José Saravia encargó el asesinato de su esposa. El pretexto para contar es la muerte, aunque el verdadero anclaje está en la vida, que se ilumina con la pluma de la autora, como el escenario de un teatro, para desencadenar visiones de humor negro, y adentrarse –a partir de un trasfondo histórico de rigurosa exactitud– en la tragedia y la cotidianeidad de la existencia. Cuentos de mala muerte evidencia lo invisible y lo inquietante que se esconde detrás de todo corazón humano. Nueve relatos para paladear y disfrutar de la lectura.
Santi y Vero son novios. Flor y Pancho quieren serlo pero no se animan y pelean todo el tiempo. Diego está preocupado por la presencia en el barrio de un hombre de sobretodo raído y aspecto sospechoso. Mientras aprenden cómo resolver sus conflictos en el amor, los cinco amigos se ven envueltos en una increíble aventura: tendrán que ayudar a un extraño personaje a buscar el tesoro de la Massilotti, en el misterioso Cementerio Central del mágico Barrio Sur de Montevideo.
“Un itinerario terrible nos ha llevado desde la política a la democracia mediática. A diferencia de la política, la democracia mediática o comunicativa, me invita no a tener una opinión, sino a mostrarla. Ahora me mueve menos el deseo de opinar, que la facilidad de hacerlo. Es un tema muy cercano a la perversión adictiva del consumo: en su lógica interviene menos las ganas de opinar, que el terror de perder la oportunidad de hacerlo, menos las ganas de tener algo que el temor de perderlo. (…) Ya que puedo mostrar, publicar o exhibir mi opinión ¿por qué no mostrarla? Y si voy a mostrar mi opinión, luego antes debo tener una opinión. Nos ilumina así el inexorable imperativo categórico de la comunicación: si puedo opinar entonces debo opinar. (…) El sentido ha sido definitivamente abolido. Vivimos en la más perfecta y radical de las democracias, sin justicia (y lo que es verdaderamente terrible) sin sentido de justicia -es decir, sin política. Pura economía de la comunicación, pura economía de mercado.” Sandino Núñez
Pedro y el capitán es un tenso y largo diálogo entre una víctima y un verdugo que se desarrolla en una sala de interrogatorios. Según lo definió el propio Benedetti, “es una indagación dramática en la psicología de un torturador. La distancia entre ellos es, sobre todo, ideológica y es quizá ahí donde reside la clave de otras diferencias, que abarcan la moral, el ánimo, la sensibilidad ante el dolor humano, el complejo trayecto que media entre el coraje y la cobardía, la poca o mucha capacidad de sacrificio, la brecha entre traición y libertad“.